Federico Ramírez Madera, Cirujano Gastroenterólogo y Hepatólogo.
Un endoscopio nos permite tener imágenes directas de tu tracto gastrointestinal
La endoscopia es una de las formas más eficaces para diagnosticar problemas digestivos, ya que nos permite examinar las paredes del esófago, estómago y duodeno (primera parte del intestino delgado).
Para poder realizar esta prueba, el paciente no puede beber ni comer nada por lo menos seis horas antes del procedimiento. Se le proporciona una nebulización con anestésico para adormecer la garganta y un sedante en la vena.
Después se introduce en la boca una pequeña cámara a través de una sonda fina y flexible, las imágenes se transmiten en un monitor.
Durante la endoscopia se pueden realizar las siguientes acciones:
- Tomar muestras de tejidos (biopsias)
- Remover objetos extraños o crecimientos no cancerosos (pólipos)
- Distender el esófago si está estrecho por tejido cicatricial
- Identificar y tratar lesiones sangrantes
Esta prueba dura alrededor de 30 minutos, no es dolorosa. En algunos pacientes el endoscopio puede ocasionar que su garganta duela ligeramente uno o dos días.
